El navarro de 23 años, del debutante Euskadi-Murias, logró su primera victoria profesional ante ciclistas de la talla de Majka y Zakarin. Herrada retuvo el maillot rojo.
Actualizado: 7 septiembre 2018 18:23h CEST
Se consumó el milagro… Trabajado y merecido milagro… La explosión del modesto. Óscar Rodríguez Garaicochea, navarro de Burlada, de 23 años, debutante en la Vuelta a España y ciclista del debutante Euskadi-Murias, venció enLa Camperona. Es su primera victoria profesional, si no contamos el premio de la Montaña del Tour de los Alpes. Una recompensa a la persistencia de un equipo que, al igual que el Burgos-BH, ha sido agradecido con la invitación del organizador con su batalla casi a diario… De tanto tirar la caña, al final logró un pez de los gordos, en esta primera etapa del tríptico astur-leonés. Ha nacido una estrella.
Óscar Rodríguez ni se lo creía cuando cruzó la meta, cuando se abrazó con sus auxiliares, cuando vio cómo lloraban sus técnicos de emoción, cuando TVE le metió el micrófono: “Ganar en profesionales era algo que no pensaba que estuviera a mi alcance, y menos en la Vuelta”, dijo con sinceridad. Pues conviene que se lo vaya creyendo, porque el ciclismo español necesita equipos como el suyo, formaciones modestas donde los jóvenes tengan una puerta abierta para dar sus primeras pedaladas. En estas mismas filas del Euskadi-Murias milita Fernando Barceló, reciente ganador de una etapón en el Tour del Porvenir y de la medalla de bronce en el Europeo sub-23. Cuando aparecen estas oportunidades, aparecen los Rodríguez y los Barceló de turno… Y se despejan las nubes del futuro.
Rodríguez se codeó en la escapada del día, compuesta por 32 aventureros, con algunos de los ciclistas más ilustres del pelotón. Entre ellos había dos que han subido al podio final de la Vuelta: Ilnur Zakarin y Rafal Majka, terceros en 2007 y 2015, respectivamente. También estaba el rey de las llegadas en alto de esta Vuelta,Ben King, vencedor en La Alfaguara y La Covatilla: Ben King. Y también Mollema, Henao, Teuns, Felline, De Gendt, Kudus, De Plus, Restrepo, Maté… Una fuga pata negra.
Jesús Herrada sufrió de lo lindo en La Camperona
para salvar el maillot rojo por 1:42 minutos. AFP
Entre los gallos hubo batalla sólo al final, en esos terribles tres últimos kilómetros de La Camperona, donde los ciclistas se retuercen en las crueles rampas del 19%.Nairo Quintana le pegó un pellizco a Simon Yates, al que ya tiene a ocho segundos. Hace dos años se enfundó aquí el maillot rojo, que también lució el último día en Madrid. La Camperona siempre le da buenas vibraciones. Su equipo, el Movistar, trabajó desde el puerto de Tarna, de primera categoría, con la intención de que la escapada no tomara demasiado tiempo (Ben King llegó a ser líder virtual) y también para endurecer la carrera, para ir cribando la clasificación, para deshacerse de invitados incómodos en la general.
Les Praeres, este sábado, y los Lagos de Covadonga, el domingo, marcarán rotundamente el futuro de la Vuelta 2018. La lógica apunta a que Jesús Herrada cederá el maillot rojo uno de esos dos días. De momento, el conquense logró mantener la prenda, aunque los leones de la clasificación le propinaron un buen mordisco. Empezó la etapa con 3:22 minutos sobre Simon Yates y la terminó con 1:42. Se defendió como un jabato hasta donde pudo. Igual que Óscar Rodríguez. El ciclismo español merece la pena. Apuesten por él.
Fuente:www.as.com
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