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A continuación, les presentamos el que podría ser el swing en blanco más extraño en la historia de las Grandes Ligas. De hecho, fue tan raro que primero lo verán sin contexto alguno y después contaremos la historia.
Por ahora, simplemente disfruten del infielder dominicano de los Azulejos, Alfredo Griffin, abanicándose:
Antes de la jornada del 27 de septiembre de 1992, Toronto tenía una ventaja de dos juegos sobre los Cerveceros en el Este de la Liga Americana. Con seis partidos restando y un boleto a la postemporada de por medio -- en ese entonces no existían los Comodines -- cada victoria era muy valiosa. Los Azulejos estaban castigando a los Yankees por marcador de 9-0.
Pero después comenzó a llover a cántaros, sin un final a la vista. Parecía que el encuentro sería suspendido -- y debido a que el partido no era oficial aún, la ventaja de Toronto no contaría y el compromiso sería reprogramado como parte de una doble cartelera al día siguiente. Lo que era una paliza repentinamente se convirtió en una urgencia: los Azulejos necesitaban completar cinco episodios antes de que la Madre Naturaleza arruinara sus planes.
Griffin entró a la caja de bateo en la parte alta de la quinta entrada, a seis outs de un juego oficial. Y con su equipo arriba por nueve carreras, no era importante ver lanzamientos ni hacer contacto. Simplemente debía registrar outs. Por eso, con dos strikes, Griffin estaba decidido a hacerle swing a cualquier pitcheo. Hasta a una bola por encima de su cabeza:
Fuente:www.mlb.com
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