AFP
Simon Clarke se impuso a Bauke Mollema y De Marchi en el sprint que resolvió la fuga en Roquetas. Rudy Molard entró sexto y es el nuevo líder de la Vuelta a España.
Juan Gutiérrez Blog Seguir
Actualizado: 29 agosto 2018 17:22h CEST
Simon Clarke se impuso a Bauke Mollema y De Marchi en el sprint que resolvió la fuga en Roquetas. Rudy Molard entró sexto y es el nuevo líder de la Vuelta a España.
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Actualizado: 29 agosto 2018 17:22h CEST
¡Noticia en la Vuelta! Este miércoles hubo 25 escapados y entre ellos no estaba Luis Ángel Maté. Tampoco Pierre Rolland, su sombra. Después de tres días consecutivos de aventura, el andaluz abrió una encuesta en las redes sociales: “¿Me meto de nuevo en la fuga o no?”. Hizo un amago, pero finalmente decidió no hacerlo, como habían elegido sus seguidores, para guardar fuerzas para futuras batallas. El maillot de la Montaña no corría peligro. Y eso que en el grupo de destacados viajaron dos ciclistas que figuran en ese palmarés: Davide Villella (2017) y Simon Clarke (2012). Ambos pujaron por la victoria del día. Y fue el australiano quien se llevó el gato al agua, como ya hiciera hace seis años en Valdezcaray.
El pelotón rompió la tendencia de las jornadas anteriores y voló hacia Roquetas de Mar, donde llegó con 40 minutos de adelantosobre el horario intermedio previsto. Se salió muy rápido, en busca de una escapada que tuvo numerosas alternativas y que no se formó hasta después del primer puerto, Órgiva, ya en el kilómetro 55. Todos los equipos metieron a un ciclista menos dos: el Sky, que arropó al líder de la general, Michal Kwiatkowski, y el Quick Step, que protegió al líder del sprint, Elia Viviani. Y al fin se dio por buena. Luz verde.
El único precedente de Roquetas, con victoria de Mario Cipollini en 2002, invitaba a pensar en la posibilidad de una volata. No lo tenían nada claro los velocistas en la salida. Ni nadie. Tanto Giacomo Nizzolo como Peter Sagan olfateaban más bien una fuga. El Alto de El Marchal, a 27 kilómetros, y el intenso calor, sobre 34 grados, restaban las ganas de controlar la carrera. Habrá más oportunidades en los próximos días. San Javier, este jueves, parece más propicio para el sprint. Y allá se fueron los cazadores de etapa. Vincenzo Nibali intentó entrar inicialmente, pero desistió. La actitud del ‘Tiburón’, que se recupera de una rotura de vértebra, nada tiene que ver con la dejadez de Richie Porte, que ya acumula sin rubor más de 41 minutos de retardo.
Visto el precedente del día anterior, la jornada iba a poner en juego algo más que una victoria. También el maillot rojo. El Sky ya lo expuso camino de La Alfaguara. Y este miércoles, por fin, soltó la prenda. Su único afán fue mantener la escapada a cinco o seis minutos, para no lamentar sustos futuros. El nuevo líder es Rudy Molard, un francés de 28 años del Groupama-FDJ que ya había ganado este añouna etapa en la París-Niza. Los británicos, que no han traído un equipo tan potente como en otras ocasiones, liberan así una responsabilidad que se le podría haber hecho muy larga con 16 etapas que faltan por delante.
La etapa se convirtió en una miniclásica, que se resolvió con un minisprint que dominó Simon Clarke por delante de Bauke Mollema y De Marchi, otros dos ganadores de etapas históricos en la Vuelta. A ocho segundos llegó otro trío con Villella, De Trier y Molard, sexto en la meta y nuevo maillot rojo, por cortesía del Sky de Kwiatkowski.
Fuente:www.as.com
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