El pelotón sesteó al día siguiente de la montaña de los Vosgos, en la etapa más larga del Tour, y llegó con 20 minutos de retraso sobre el horario más lento. Juan Gutiérrez @Juan_Guti El perfil de la séptima etapa del Tour 2019 no invitaba a ponerse frente al televisor en un viernes de julio. Ni esos 230 kilómetros que la convertían en la más larga de esta edición, ni esos tres puertos menores tan lejanos de la meta, ni esa fuga cantada y consentida, ni ese sesteo del pelotón en la jornada siguiente a la primera de gran montaña, ni ese retraso de 20 minutos sobre el horario más lento previsto… Ni ese sopor insufrible, que remató Groenewegen al esprint. El final fue un alivio. El perfil de la séptima etapa invitaba a explorar otros placeres. La primera opción, obvia, era una buena siesta de verano. Pero había más. Por ejemplo, cambiar de canal para ver las semifinales de Wimbledon , con Djokovic y Bautista, con Nadal y Federer. Que me disculpen los compañeros de Teledepor...
CICLISMO Y BEISBOL